¿Es Chile un país caótico?
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Franco Brzovic
A juzgar por las proposiciones iniciales de algunos candidatos a la presidencia, en Chile se requiere y exige una reforma total a la educación, al sistema tributario, a la Constitución, etc, etc. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo esas propuestas se han ido moderando, me imagino por razones de estrategia política como también por la reacción de las personas.
En una aproximación básica me parece que la pregunta de fondo a responder es si con un sistema de Estado benefactor, propugnado por la mayoría de los candidatos, particularmente los de izquierda, Chile hoy sería diferente. En otras palabras si la desigualdad, mala distribución de los ingresos, educación no gratuita, por un lado y, por el otro, el sistema binominal y otros enclaves autoritarios en la Constitución, como se dice, han sido causa del régimen político y económico vigente desde hace ya varios lustros. En la imposibilidad de existir una respuesta objetiva, los candidatos han aprovechado la oportunidad de tentar ese camino, requiriendo a los votantes una oportunidad para llevarlo a cabo.
En todo caso y a través de un ejercicio simple, la comparación con países equivalentes, adscritos a sistemas de Estado benefactor, muestran hoy día una gran diferencia negativa con Chile. Aún mas, en Europa, Estados Unidos y países asiáticos, nos muestran como un buen ejemplo.
En materia de impuestos, que es uno de los caballitos de batalla de esos candidatos, (curiosamente planteada como un fin y no medio) han aparecido algunas propuestas, ahora en materia de IVA. El candidato Enríquez-Ominani dice que no han descartado avanzar en un IVA diferenciado. Las noticias nos aseveran que la medida está siendo estudiada por su asesor económico y padre de la propuesta Democracia Económica, quien ha declarado que en el mediano plazo hay que revisar la estructura del IVA y sobre todo en algunos ítemes como alimentos, libros y medicina. Encuentra además anómalo un impuesto uniforme para todas las actividades y que el 19% es muy alto. Asumiendo que los números que dice estar estudiando dan para una reforma y siguiendo la lógica de esta pre-propuesta, si me permiten así llamarla, los alimentos, libros y medicina deberían tener una tasa diferenciada, más baja que la actual del 19% o bien cero.
Veamos sólo el caso de los libros. Para un adecuado análisis lo que debe preguntarse es si con la baja o eliminación de la tasa del IVA los libros bajarán de precio. Como primera información habrá que resolver quién pagará los créditos fiscales IVA del editor o vendedor de libros, pues con la fórmula hay una disminución o inexistencia de débito fiscal IVA, requisito esencial para rebajar los créditos. Si no hubiera mecanismo de devolución por parte del Estado, como lo es en las exportaciones, el mayor costo simplemente se traspasará a precio, con lo cual la medida sería inútil. Aceptando que el vendedor incrementa o no el precio, nace una segunda pregunta: qué libros tendrán un IVA diferenciado o cero, ¿los históricos, religiosos, filosóficos, de lectura obligatoria en la enseñanza, pornográficos, novelas?. También deberán resolver qué entienden por libros, o bien si las revistas y folletos tendrán el mismo tratamiento, pues abordan tantas veces los mismos temas.
El tema propuesto más bien parece ser una plataforma de ofertones campañeros que medidas necesarias, ya que el apoyo a las personas más necesitadas de estos ítemes se resuelve a través del sistema de subsidios que hoy tienen una gran certeza y seguridad.